Parece que una de las habilidades humanas más inherentes es tomar esas corrientes culturales y convertirlas en arte, la mayoría de las veces de manera inconsciente. Algunos de esos temas que parecen permear nuestra cultura (las redes sociales y la televisión, hasta la moda) se filtran en la vida diaria, a veces de maneras tan sutiles que ni siquiera nos damos cuenta. En estos tiempos definidos por la imprevisibilidad de las elecciones presidenciales de 2024, los complejos problemas globales y la incertidumbre económica, parecería que una sensación compartida de desorientación y agobio ocupa el centro del escenario. Pero, ¿cómo influirá esto en la moda y en lo que vestimos? Ahora que el mes de la moda de septiembre de 2024 ha quedado atrás, podemos empezar a entender exactamente cómo las grandes incertidumbres mencionadas anteriormente han encontrado su camino en la ropa de la temporada.
La moda como plataforma para la conciencia social
Comenzó durante la Semana de la Moda de Nueva York con Anna Wintour y la Dra. Jill Biden liderando la marcha por la concienciación sobre el derecho al voto. Para completar la lista, desfilaron los diseñadores Tory Burch, Jack McCollough y Lazaro Hernández, todos ellos con camisetas de Zac Posen con la leyenda “Fashion for Our Future”, que no hacen más que reforzar la idea de que los acontecimientos actuales dominan todas las facetas de la cultura y, finalmente, llegan a los medios de comunicación tradicionales. Esto se traslada a la música pop, donde cantantes como Olivia Rodrigo y Charli XCX llevan camisetas con gráficos que llevan mensajes con los que se identifica su público, lo que ilustra aún más la forma en que los problemas globales están permeando y dando forma a la cultura pop. Las redes sociales amplifican este efecto, colapsando los espacios digitales y de la vida real en una geografía en la que la política, el arte y el entretenimiento se entrecruzan cada vez más.
Cómo navegar en la incertidumbre a través del estilo personal
La autoexpresión y el control a través de su estilo personal pueden ser lo que la gente busca en tiempos de incertidumbre. Sin duda, este clima de imprevisibilidad inspira diseños inventivos; basta con mirar la colección Miu Miu de Miuccia Prada. Casi se puede sentir el caos en los diseños que presentan vestidos desabrochados, chaquetas abiertas y ropa deportiva mezclada con camisones y detalles de los años 70. La moda se usa tanto como expresión como para liberarse en tiempos turbulentos.
Este enfoque de mezclar y combinar establece un estilo que es intencionalmente “inacabado”, que refleja el impulso en el mundo de la moda para avanzar hacia la sostenibilidad. La pasarela de Diesel, construida a partir de 14.800 kg de retazos de mezclilla, hace una declaración audaz: hay “belleza en los desechos”. Con la moda circular como eje central, la colección tiene como objetivo reducir los desechos maximizando la vida útil de la ropa, mostrando cómo las tendencias de la pasarela pueden reflejar los esfuerzos globales de sostenibilidad. En las calles, ahora vemos looks crudos y ensamblados con flecos y parches, que muestran cómo los problemas mundiales, políticos, económicos y ambientales, influyen directamente en lo que vestimos.
La moda como reflejo de la sociedad
Al final, la moda actual no es solo un reflejo del estilo, sino un espejo de la sociedad, que captura y canaliza las ansiedades, aspiraciones y demandas de cambio que moldean nuestro mundo. A través de la ropa que usamos, el arte, el activismo y la autoexpresión se fusionan, recordándonos que la moda no se trata solo de lo que se ve bien, sino de lo que representa.
El Istituto Marangoni Miami está diseñado para construir precisamente esa perspectiva a través de su plan de estudios y entorno; por lo tanto, lo hace único entre las escuelas de moda. Además del dominio de las habilidades técnicas necesarias en la industria, se anima a los estudiantes a expresar narrativas más profundas a través de la moda como medio de expresión cultural. Rodeados por el vibrante centro de la moda de Miami, aprenderán a diseñar y estilizar con un ojo crítico, en sintonía con las preocupaciones sociales de hoy y los diversos movimientos culturales que las representan. La experiencia que brinda esta inmersión brinda al estudiante la capacidad de crear piezas que no solo sean agradables a la vista, sino que tengan el significado de representar el ritmo de nuestra sociedad en evolución.